25N, ¿igualdad o supremacía?
Acabamos de vivir el 25N, o lo que es lo mismo, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Y sé lo que estaréis pensando, que tanto feminismo cansa, que para cuándo un Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra el Hombre. Porque si miramos las estadísticas, los hombres son los que más violencia sufren y han sufrido a lo largo de la historia. Deberíamos empezar por erradicar las guerras del mundo, puesto que son las mayores generadoras de violencia y casi la totalidad de los soldados que entran en batalla son varones, hombres que entregan su vida por la patria y abandonan a sus familias por un bien mayor.
Para bien o para mal vivimos en el siglo XXI y las mujeres han equiparado sus derechos a los del hombre. Hoy sus carreras laborales son tan buenas como las de sus compañeros, ganan los mismos sueldos y llegan a puestos de poder. Entonces, ¿qué reivindicamos? ¿Igualdad o supremacía? ¿Se están pidiendo los mismos derechos que los hombres o superarlos? ¿Cuáles son esas reivindicaciones? No existe una violencia real contra las mujeres por el hecho de ser mujeres. Y no lo digo yo, lo dicen mujeres como Cayetana Álvarez de Toledo o Rocío Monasterio. ¿Y a qué se debe tanto revuelo y este gasto excesivo en la celebración de este día? Seamos sinceros, no podemos utilizar el 25N para crear una realidad que no existe ni para derrochar un presupuesto que estaría mejor usado en otros menesteres más acuciantes como la educación concertada.
Estrategias usadas:
Jugamos a mezclar conceptos para confundir al lector, por una parte, la violencia contra las mujeres, que se refiere a la que sufren por el simple hecho de ser mujeres, muchas veces dentro de su propio hogar; por otra parte, las guerras. Es cierto que los hombres sufren más violencia, pero nos callamos que es de manos de otros hombres, no de mujeres (generamos ambigüedad) y que esa violencia no procede de sus parejas; también silenciamos que la mayoría de criminales violentos son hombres (atracadores, secuestradores, asesinos...). Hemos aportado emocionalidad para evitar los argumentos de peso (hombres que entregan su vida por la patria y abandonan a sus familias por un bien mayor). Hemos recurrido a mentiras descaradas o muy ambiguas (Hoy sus carreras laborales son tan buenas como las de sus compañeros, ganan los mismos sueldos y llegan a puestos de poder). Existen las mujeres que llegan a tener carreras laborales como las de los hombres o ganar lo mismo o ascender a puestos importantes, pero en comparación son menos numerosas. Señalamos al enemigo dando a entender que las mujeres buscan la supremacía, lo cual también es un estereotipo forjado por algunos sectores de opinión. Damos a entender que no hay unas reivindicaciones claras en el 25N ni aportamos datos sobre la violencia real y reciente que han sufrido las mujeres. El hecho de que haya mujeres en contra del 25N no invalida el movimiento feminista. Finalmente, hemos mezclado conceptos que nada tienen que ver; damos a entender que por culpa del dinero invertido en el 25N se perjudica a la educación concertada.
Recomendamos visitar la página https://lacooop.com/25n-dia-internacional-contra-violencia-hacia-mujeres para entender mejor las reivindicaciones del 25N.